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Palabras contundentes: cómo eliminar el estigma en torno a la salud mental y las adicciones

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Queramos admitirlo o no, no podemos negar que el estigma y la discriminación siguen estando presentes y muy extendidos en la sociedad actual. El estigma no solo afecta a la forma en que vemos a los demás en la sociedad, sino también a la forma en que las personas se ven a sí mismas. Nuestras palabras afectan directamente a las opiniones que nos formamos sobre los demás, y cuando nuestras palabras son negativas y discriminatorias, nuestros pensamientos tienden a seguir el mismo camino.

Entendiendo el estigma

Estigma es una connotación negativa que se asocia con una persona o atributo en particular. Las palabras que usamos y la forma en que describimos a ciertas personas y características contribuyen en gran medida a perpetuar el estigma.

Desafortunadamente, existe mucho estigma. Asociado con la adicción y la enfermedad mental, especialmente los trastornos por consumo de sustancias o SUD. Gran parte de este estigma proviene de la falta de comprensión de los SUD y la difusión de información falsa. Muchas personas creen que La adicción es un “fallo moral” Cuando, de hecho, sabemos que la adicción es una enfermedad crónica y tratable, de la que las personas pueden recuperarse y seguir llevando una vida normal.

Este estigma El estigma afecta la forma en que las personas con TUS se ven a sí mismas, lo que las hace menos dispuestas a buscar tratamiento. Pueden sentirse avergonzadas de su trastorno y no quieren que las juzguen o las vean de manera diferente a los demás. El estigma también hace que otras personas sean menos dispuestas a asociarse con alguien con TUS, lo que puede causarles miedo, ira y discriminación. Lamentablemente, el estigma también puede afectar la atención que reciben las personas con TUS de los proveedores de atención médica, lo que sesga negativamente la forma en que el proveedor las percibe.

Personas con condiciones de salud mental También luchan contra el estigma negativo. Se habla mucho de las enfermedades mentales y del suicidio, lo que hace que la persona se sienta avergonzada y sea menos propensa a buscar tratamiento.

Veamos algunos ejemplos. Imagínate que estás sentado tomando tu café de la mañana y abres tu correo electrónico. Ves una alerta de noticias sobre un artículo titulado “Los drogadictos de Connecticut están de nuevo en acción”. ¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando lo lees? ¿Te da la impresión de que los “drogadictos” son peligrosos, responsables de su condición y deberían evitarse? Si es así, no estás solo. Estudios muestran que cuando se utilizan palabras acusatorias como “adictos”, “abusador de sustancias”, “drogadicto” y “drogadicto” para describir a las personas con TUS, las personas los ven como más peligrosos, una amenaza para la sociedad y más merecedores de castigo que de tratamiento en comparación con cuando se utilizan términos más personalizadores para describirlos.

Enfrentando los hechos

Se han realizado muchos estudios para analizar cómo el estigma que rodea al trastorno por consumo de sustancias afecta nuestras opiniones. Un estudio Se analizó a los adultos de Connecticut en particular, preguntándoles qué probabilidad habría de que se relacionaran con alguien con un trastorno por consumo de opioides, o TCO. Solo el 151% de las personas dijo que probablemente dejaría que una persona con TCO se casara con un miembro de su familia, el 331% dijo que tendría a alguien con TCO como amigo personal y solo el 371% se sentiría cómodo socializando con una persona con TCO. Estos datos muestran una clara discriminación y el deseo de evitar a alguien con TCO, dejando al individuo aislado.

Por otro lado, La misma encuesta mostró que el 88% de las personas piensa que las personas con TUD deberían ser tratadas por igual y tener las mismas oportunidades que los demás. El 95% creía que los proveedores de atención médica deberían tratar a las personas con TUD de la misma manera que a cualquier enfermedad mental, y más del 94% de las personas creía que a las personas con TUD se les debería ofrecer tratamiento, no castigo.

La comparación de estas dos partes de los datos ofrece una imagen clara de la cantidad de estigma que aún persiste en lo que respecta a los trastornos por consumo de sustancias. La mayoría de las personas no quieren relacionarse con personas con trastornos por consumo de sustancias, pero creen que deberían recibir el mismo trato. ¿Cómo pueden ser ciertas ambas afirmaciones?

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Eliminando el estigma

Para poder cambiar el estigma que rodea al trastorno por consumo de sustancias, debemos cambiar la forma en que nos comunicamos. En lugar de utilizar un lenguaje negativo, vergonzoso y crítico, debemos elegir palabras que demuestren compasión, apoyo y respeto. Esto se conoce como lenguaje que pone a la persona primero. El trastorno por consumo de sustancias y los trastornos de salud mental pueden tratarse. No son defectos de carácter; no debemos tratarlos de esa manera.

El primer paso para eliminar el estigma es cambiando las palabras utilizadas Al hablar de ello, se deben evitar palabras como adicto, consumidor, alcohólico y borracho. Estos términos provocan sentimientos negativos y hacen parecer que la persona es la culpable. En su lugar, reemplace estas palabras con frases como "persona con trastorno por consumo de sustancias" o "persona en recuperación". Estas frases priorizan a la persona y describen al individuo como una persona. con un problema, sin insinuar que la persona es El problema.

Otro término estigmatizante que se utiliza a menudo cuando se habla de los trastornos por consumo de sustancias es “hábito”. Esto implica que una persona elige consumir sustancias y es capaz de dejar de hacerlo. En cambio, palabras como “adicción a las drogas” o “trastorno por consumo de sustancias” reflejan con mayor precisión la naturaleza de un trastorno por consumo de sustancias y no culpan al individuo.

“Abuso” es otro término que se asocia mucho con juicios negativos y castigos. En lugar de referirse a alguien como “consumidor de drogas” o “abuso de sustancias”, diga “persona que usa drogas” o “abuso de sustancias”.

Al discutir otras condiciones de salud mentalEs importante recordar que hay que usar palabras que promuevan la comprensión y que generen empatía, que se centren en la persona y que sean neutrales. Por ejemplo, en lugar de decir “mi hermana es esquizofrénica”, diga “mi hermana tiene esquizofrenia”. De manera similar a lo anterior, esto promueve la idea de que la enfermedad no define a la persona.

Para obtener una lista completa de términos e idiomas, visite aquí.

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